Catalunya cerró en 2023 un ejercicio histórico para el empleo, ganando casi 200.000 nuevos ocupados -nueve veces más que durante el año anterior- y situándose por encima de los 3,7 millones de ocupados, por vez primera. Los buenos resultados en términos de ocupación se los debe principalmente a la llegada de personas nacidas en el extranjero.
De esos casi 200.000 nuevos empleos creados durante el año pasado, seis de cada 10 los ocuparon personas venidas de fuera para sustentar el actual momento de bonanza económica que vive el país. Más concretamente venidas de fuera de la Unión Europea, ya que el número de trabajadores comunitarios se ha reducido en comparación con los números previos al covid.
La llegada de migrantes está suavizando los efectos de esa intensa creación de empleo en la tasa de paro. Ésta repuntó levemente a finales del ejercicio debido al intenso aumento de la población activa y dispuesta a trabajar. No obstante, el desempleo cerró el año en un 9%, la tasa más baja en 16 años. Así lo constatan los datos de la encuesta de población activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística.
Los altos niveles de desempleo siguen siendo una asignatura pendiente del mercado laboral español y catalán. Ese 9% de paro catalán excede ampliamente la media europea (5,9%, según Eurostat) y está por encima de los números de economías con las que Catalunya históricamente se ha comparado, como Dinamarca (4,8%), Bélgica (5,6%) o Finlandia (7,6%).
Catalunya crea más empleo que Madrid
Catalunya creó durante 2023 más empleo que nunca, con permiso del 2005, algo viciado estadísticamente por la regularización de variables para armonizarlas bajo criterios europeos. Una bonanza compartida con el resto de España (3,8% interanual), pero más intensa en el caso catalán (5,6%). En la comparativa entre las dos locomotoras económicas del país, Catalunya sale mejor parada que Madrid, si bien también registró buenos números (5%).
Los sectores que han liderado esa ganancia de ocupados son los servicios, especialmente las actividades científicas (12,6%) o el comercio (6,5%), y la construcción. La industria, por su parte, no pasa actualmente por su mejor momento, lastrada durante el último año y medio por la falta de semiconductores y el encarecimiento de la energía. Como muestra, la rama manufacturera perdió un 2,9% de ocupación en el cuarto trimestre del 2023 respecto al mismo periodo del 2022.
Empleo en grandes cantidades y con mejores condiciones que el que se generaba en la época de la burbuja. La temporalidad cerró el año en el 11,3%, dos puntos por debajo de la media española y menos de la mitad que cuando el 'boom' inmobiliario. Los efectos de la reforma laboral son patentes en la estadística, que, por otro lado, no revela perjuicios colaterales en la ocupación, como podría ser un repunte de los contratos a tiempo parcial para compensar los límites a la temporalidad. Uno de cada tres nuevos ocupados opera a jornada parcial, misma proporción con la que cerró el mercado laboral en 2019, antes del covid y de las nuevas reglas de contratación.
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