Nos encontramos en una nueva realidad, que evoluciona muy rápidamente, y ante la que los parámetros de hace dos o tres años ya no sirven para afrontarla. Hay que profundizar en el conocimiento de los problemas estructurales, a fin de dar respuestas eficaces.
Se constata la labor de cohesión social realizada por las escuelas, las entidades y la sociedad civil, que conlleva que no haya estallado una revuelta social como las banlieus de París en estos momentos de gran crisis social. La generosidad de mucha gente es un factor positivo que facilita un cojín para que la situación no estalle.
Pero generalmente esta tarea no se destaca ni tiene la visibililitat que debería en los medios de comunicación social.
Hay un desencaje entre la realidad de la inmigración y la percepción que tenemos.
A veces los medios destacan los aspectos negativos o "llamativos" de las situaciones de inmigración o marginación, y deberían destacar más las soluciones que se van dando a los diversos problemas.
Pero también es verdad que en ocasiones la administración pública responde y actúa más rápidamente cuando un problema se presenta como muy grave en los medios de comunicación.