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Braval, uno de los secretos de la cohesión social en el barrio catalán más multicultural

Ascensor Social
Elisabet Borreda
Deporte
Convivencia
Éxito escolar

1,1 kilómetros cuadrados, 49.000 habitantes, un 47% de inmigración y un 40% de paro. Estos cuatro datos retratan el barrio del Raval de Barcelona, la zona con una concentración de inmigrantes más alta de Cataluña, por encima de ciudades como Salt (con 32.000 habitantes y una densidad de 4.598 hab./km2 frente a la densidad del barrio barcelonés de 44.831 hab./km2) que en más de una ocasión ha sido portada de diarios por temas de inmigración. En pleno corazón del Raval y entre una gran variedad y cantidad de entidades que procuran por la integración de la inmigración y por la cohesión social encontramos Braval.

Según su presidente, Josep Masabeu, Braval es un centro de apoyo socioeducativo que, a través del deporte, hace un seguimiento académico de los chicos para evitar el absentismo escolar y guiarlos hacia la formación superior o hacia el mundo laboral. La entidad se creó el año 1998 y desde entonces más de 1.000 chicos han recibido su asistencia.

El funcionamiento es claro y eficaz: Braval tiene montados 11 equipos en competición -6 de básquet y 5 de fútbol sala- que juegan en la liga normalizada de Barcelona y que permite la interrelación con chicos de otros barrios. Cuando un chico quiere ingresar en el equipo se le deja entrenar y jugar un par de días y si le gusta se contacta con los padres o con los representantes legales y se les explica que para formar parte de estos equipos debe asumir un compromiso que pasa por ir a la escuela y una pequeña colaboración económica mensual. De esta manera, con un precio simbólico se consigue que los responsables del chico tengan más claro el valor de esta entidad que lucha contra el absentismo escolar y, además, desde Braval también se ofrecen horas para hacer los deberes que ayudan a ver los puntos fuertes del chico, comunicarlos al colegio y potenciar al máximo su motivación.

Los voluntarios, pieza indispensable de este engranaje
Braval no se entiende sin el trabajo de los voluntarios. Cada uno de los equipos deportivos cuenta con 7 u 8 personas que llevan los equipos deportivos y que acaban siendo un referente de los chicos, siempre en función de la sintonía que hay entre ellos. Un valor añadido de la entidad es que el éxito se plasma en el hecho que algunos chicos que han pasado como “alumnos” han acabado siendo voluntarios cuando se han hecho más mayores, que 200 de los más de 1000 chicos que han pasado por Braval ya están trabajando, que 13 están en la universidad y que uno ya es ingeniero informático. El contacto constante con los chicos también ayuda a los voluntarios a poder orientar nuevos programas como el de inmersión lingüística o el casal de verano en función de sus inquietudes y necesidades y a entrevistarse periódicamente con los padres para hablar de cada caso concreto.

'Si no te comportas, no juegas'
La entidad anualmente acoge unos 200 chicos de 30 países diferentes que se agrupan en equipos deportivos multiétnicos para evitar ghettos. 130 voluntarios gestionan estos grupos dedicando 14.000 horas anuales. Semanalmente hay tres días de actividad: uno para entrenar, uno para competir y otro para el estudio o las celebraciones; una planificación ideada para conseguir los tres objetivos de cohesión social, luchar contra la marginación y facilitar la incorporación de los inmigrantes a la sociedad. Pero siempre procurando el cumplimiento de su parte del trato por parte del chico: 'Si no te comportas, no juegas', asegura Masabeu.

Terral, el homólogo del Braval para chicas
Los fundadores de Braval, antes de crearlo, viajaron a Estados Unido e Inglaterra para aprender de otros organismos que ja hacían este trabajo. En ambos casos se encontraron con la misma recomendación: en el caso de los chicos, un chico trae a un amigo y, cuando éste ya está dentro de la asociación, se consigue el beneplácito de sus padres y, entonces, dejan inscribir a la chica, la hija. En el caso de las chicas la dinámica es distinta: si quieres atraer a una chica primero debes conseguir la confianza de las madres. Y esta filosofía se sigue en Terral, el centro con las mismas funciones que Braval orientado sólo a chicas y que articula sus programas en proyectos colectivos como grupos de teatro o coral.

Aunque con técnicas diferentes, ambas entidades consiguen, ampliamente, sus principales objetivos: la cohesión social, la lucha contra la marginación y facilitar la incorporación de los inmigrantes a nuestra sociedad en el barrio más multicultural de la capital catalana.

Elisabet Borreda, Reportaje publicado en social.cat el 9.06.2011

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