Nos hemos hecho una pregunta muy básica: quién es inmigrante, y si ellos tienen conciencia de ese rol. Nos parece que actualmente debemos considerar inmigrante a aquella persona que no tiene regularizada su situación como ciudadano. En el caso de los hijos de inmigrantes nacidos aquí, ellos no se perciben como inmigrantes, aunque el resto de la sociedad los ve así a primera vista.

Otro aspecto es determinar el "porcentaje" de incorporación a la sociedad que deben tener los inmigrantes, sin que ellos pierdan su identidad. Es el tema profundo de los modelos de integración o acomodación que se utilizan en los distintos países: asimilación, interculturalidad, multiculturalidad...

Tenemos necesidad de los inmigrantes, por la realidad laboral, por la falta demográfica, y porque los de aquí no quieren asumir trabajos de bajo perfil, puesto que tienen subsidios y subvenciones que los amparan. Esto genera una situación poco comprensible, con altas tasas de paro y personas que no quieren asumir puestos de trabajo. En algunos países lo resuelven obligando a que, en la tercera oferta de trabajo que se rechaza, se pierde el subsidio.

En el mundo educativo, se percibe cada vez más una separación entre la vida escolar y la vida familiar, que se manifiesta en ocasiones con enfrentamientos o falta de apoyo a la tarea educativa de las escuelas.

En el mundo laboral, la aportación de las mujeres da un sentido diferente a cómo afrontar los problemas y el planteamiento para su solución. En muchas ocasiones es un sentido mucho más humano que el de los hombres, lo que enriquece las estrategias de las empresas.

Por procedencias, los sudamericanos son los inmigrantes más cercanos por cultura, lengua, religión, a nuestra realidad social; y esto hace que se incorporen más rápidamente a nuestra sociedad.