En el Raval no hay especiales dificultades de convivencia, porque hay una gran red social de apoyo
Desde las parroquias, las entidades, las asistentes sociales, el sistema educativo, la administración, etc. se lleva a cabo una acción de apoyo que ha evitado que una situación tan complicada explote.
Para conseguir el ascensor social, además del éxito escolar, es necesario que los jóvenes adquieran capacidad de emprendimiento. Esto les facilitará encontrar trabajo en este momento de dificultad.
A nivel de comunicación, hay que insistir más en destacar las potencialidades de los inmigrantes, y en general las del barrio del Raval, en vez de incidir tanto en las dificultades que comportan los procesos de integración.
En algunos sectores de empresas se van concentrando muchos inmigrantes, porque los autóctonos no quieren hacer según qué tipos de trabajos. Si se consigue un ambiente laboral correcto, que permita un trato más humano y eficiente, se ha comprobado que se reduce la siniestralidad.
En consecuencia, se va consolidando una relación de conciudadanos, no sólo entre personas que desarrollan el mismo tipo de trabajos, sino con los responsables intermedios y altos directivos. Se producen las situaciones normales de una vida colectiva sana: encontrarse en la calle, conocer a la familia, compartir aficiones, etc.